jueves, 17 de noviembre de 2011

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Un día empiezas a caminar y te das cuenta de que el cielo es más azul y que las hojas de los árboles cuando están amarillas se caen. Empiezas a disfrutar cuando ves la sonrisa de un niño pequeño en el parque o con el olor del pan recién hecho.
Comienzas a creer que los sueños se cumplen y si estamos en este mundo es por algo, ya sea encontrar a nuestra alma gemela, con quien compartir nuestros días, como poder llevar a cabo tus objetivos.
Y después te paras, observas todos los pequeños detalles y piensas que la vida aunque sea por diminutas cosas sin importancia es más bonita.


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